Incidente en la Universidad de Salamanca con el general Millán-Astray.
«Venceréis, porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis».
Miguel de Unamuno.
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Convencer. (Del lat. convincĕre).
1. tr. Incitar, mover con razones a alguien a hacer algo o a mudar de dictamen o de comportamiento. U. t. c. prnl.
2. tr. Probar algo de manera que racionalmente no se pueda negar. U. t. c. prnl.
Fuente: RAE.
La palabra versus la fuerza. Un tópico típico en una situación atípica y un contexto tenso. Dictadura y República pugnando por poder.
No está la razón del lado de quién grita por ello, sino porque la tenga. Igualmente el que habla no la tiene por hablar, ergo dialéctica y retórica para convencimiento por el razonamiento.
Unamuno expuso su argumento teórico; la palabra. Astray evocó la fuerza de la masa. Ambos entroncan en un pulso histórico que no deviene razón o sinsabor, simplemente cada uno expuso el patrón que marcaba su personalidad.
No se trata de valorar razones, sino formas. Ni Unamuno estaría en la razón ni Astray tampoco, pero lo que es claro es que la fuerza sirve para doblegar y vencer, la palabra para convencer y no siempre vencer. Ambas se necesitan para convencer y vencer.
Por ello Millán-Astray finalmente ¿venció? y Unamuno ¿convenció?
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