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La aparición de la cápsula
Néstor Baena
Por Miguel M. Delicado Publicado en Nevuras en 30/06/2014
Un suicidio submarino Anterior Corazón, trabajo y costumbre Siguiente

«Un minuto y medio después, Néstor, sudando por el pánico y aún inmóvil, se atrevió a mover la cabeza hacia la izquierda muy lentamente, para ver la posibilidad de salir corriendo por la puerta del apartamento. ‘¡Increíble!’, seguía delante de su cara moviéndose acompasadamente a su cabeza. Empezó a aumentar su ritmo cardíaco aún más y la respiración se le aceleraba, hiperventilándole y haciéndole jadear. De pie como estaba, probó varios movimientos exageradamente lentos y temblorosos en los siguientes minutos, con el mismo resultado, empezando a pensar que se había vuelto loco de ser tan inteligente y estaba viendo alucinaciones.»

cápsula nevuras


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