“Ser tú no es una experiencia gratificante a nivel atómico. Pese a toda su devota atención, tus átomos no se preocupan en realidad por ti, de hecho ni siquiera saben que estás ahí. Ni siquiera saben que ellos están ahí. Son, después de todo, partículas ciegas, que además no están vivas. (Resulta un tanto fascinante pensar que si tú mismo te fueses deshaciendo con unas pinzas, átomo a átomo, lo que producirías sería un montón de fino polvo atómico, nada del cual habría estado nunca vivo pero todo él habría sido en otro tiempo tú.) Sin embargo, por la razón que sea, durante el periodo de tu existencia, tus átomos responderán a un único impulso riguroso: que tú sigas siendo tú”
“Pese a lo que pueda pasar en otras esferas, en el mundo de la química la vida es fantásticamente prosaica: carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno, un poco de calcio, una pizca de azufre, un leve espolvoreo de otros elementos muy corrientes (nada que no pudieses encontrar en cualquier farmacia normal), y eso es todo lo que hace falta. Lo único especial de los átomos que te componen es que te componen. Ése es, por supuesto, el milagro de la vida”
Pasajes de: Bryson, Bill. “Una breve historia de casi todo.”
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La levedad del ser, la minoración cuántica, el devenir efímero o la transubstanciación inversa de agua (sin vino) en la esencia de lo que nos formó y lo que nos descompondrá.
Nuestra composición es tan compacta como lo es el agua contenida en una botella; cuando se rompa por el paso del tiempo se diluirá en un ambiente natural donde la mezcla es respondida con renacimiento, creación por transformación e innovación.
La ignorancia atómica es tan sublime como nuestra prepotencia humana, cree ser lo que no es. Lo atómico se mueve en un mundo irreal conformado por «solo yo». La naturaleza humana cree moverse en lo real, «solo yo» (equivocado).
La respuesta natural no es creacionista ni evolutiva, es la que es: dominante, transformadora, ilusionista, deslumbrante, ignorante lo menudo sobre lo grandioso, «insabiondo» lo grande sobre lo ínfimo, desconocimiento mutuo entre lo creado, allende lo uno de lo otro…
Transformación constante sobre elementos sin razón, modificaciones en una locura interpretativa de dioses, naturalezas, extraterrestres y demás justificaciones que nunca llegan a un puerto real. Lo material es porque es y se transforma en sí mismo… y sí, lo es por algún motivo.
Pero el porqué de todo nos esta velado al igual que no se le permite a un átomo saber que tú estás ahí. Tú sabes que existen pero no eres consciente de que dejarás de saberlo pronto… quizás en unos años o décadas, eso sí, no más de ciento y algo (por el momento).
Dejarás de conocer porque dejarás de ser para pasar a no ser lo que eres; simplemente serás átomos de otra naturaleza.
Ignorantes en un mundo atómico del que no sabemos prácticamente nada. Prepotentes de una sabiduría ínfima, cruel con los demás y apoteósica en su propia egolatría.
Ser o no ser, esa no es la cuestión… Qué soy o que seré, esa es la cuestión.
Al menos es mi modesta opinión.
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Siempre ser, pero mas que ser…estar!