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Nortrex (I)
Miguel de Leuka
Por Miguel M. Delicado Publicado en Escritos del Autor, Literatura, Tecnologías en 01/02/2008
Al norte de las islas Brooklands. Año 2.263 d.C. Anterior Sonidos del Renacimiento Siguiente

Se ajustó las Glasstron¹ —abreviatura popular de Glasstronik— y activó el encendido en la patilla derecha. El zumbido de la microbatería nuclear precedió a la presentación de carga del programa con el logotipo en 3D de la empresa Glasstronika.

Tras ésta carga que duró tres segundos, apareció el display azul con las coordenadas GPS que le indicaban tanto a él como a Geopol² su posición en el mundo, minimizándose a continuación como dato en la esquina superior derecha.

En el mismo lado derecho, y bajando hacia la esquina inferior iban apareciendo en este orden: un sensor de ruido ambiental, uno de movimiento circundante con representación radárica, un pronosticador de tiempo avanzado que permitía prever el tiempo real a seis horas vista con toda suerte de detalles, un activador de visiones (infrarroja, intensificadora, rayos gamma, rayos X y otras muchas útiles para la profesión policial), un reloj mundial automático, así como una agenda-correo-calendario que daba fin a la secuencia de gadgets del lateral derecho de las Glasstronic.

En el lateral izquierdo superior aparecía la lectura de un telémetro que variaba conforme el centro óptico de las Glasstron se movía con su usuario. Le seguían otros gadgets como indicadores de luz, de presión ambiental, temperaturas circundantes al sujeto en un radio ajustable, una videocámara de altísima resolución que permitía un zoom superior al medio millón de aumentos, telefonía internacional y acceso a bases de datos informativas y policiales de todo tipo, mediante la dicción de palabras en orden sucesivo al objetivo pretendido.

Se agachó y pulsó el botón de cada bota, iniciándose automáticamente la depresión de ajuste por vacío al límite antes prefijado. Cogió su arma de la taquilla y la dejo acoplarse por magnetismo codificado en la zona pectoral izquierda de su chaleco policial, lista para su uso inmediato siempre que fuera él el asidor de dicho prodigio armamentístico.

«Estoy convencido de que en este día somos dueños de nuestro destino; que la tarea que se nos ha impuesto no es superior a nuestras fuerzas; que sus acometidas no están por encima de lo que soy capaz de soportar. Mientras tengamos fe en nuestra causa y una indeclinable voluntad de vencer, la victoria estará a nuestro alcance.» Así rezaba una histórica cita de Robin S. Sharma, gurú de la autoayuda en los 2000, en su libro El monje que vendió su Ferrari, y que le servía a Nortrex para motivarse cada día.

En una era en que el cristianismo, el islamismo, el budismo y el resto de religiones importantes habían pasado a mejor vida, se daba paso a un hecho religioso basado en multitud de creencias personalizadas y originadas tanto en el cine, la tecnología, como en derivaciones más o menos parecidas a las religiones antiguas, no existiendo por tanto tipos religiosos de una entidad tal, que aglutinasen a más de cincuenta o cien mil personas como mucho. Ésto, obviamente evitaba la producción de las guerras estúpidas que habían asolado a la raza humana desde que la religión se superponía al territorio y a la comida como elemento hostigador.

1.Glasstron: Abreviatura popular de las gafas positrónicas Glasstronic. Unas gafas profesionales de dotación para la policía, pero que estaban encontrando nuevas aplicaciones en campos como la construcción, la aeronáutica, la medicina etc.
2.Geopol: Dirección de policía a nivel mundial. Actual nomenclatura de la fusión de las antiguas Interpol, Europol, F.B.I, Scotland Yard y otras muchas anexiones policiales de los países que firmaron el protocolo mundial en el 2105.

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