Nuevas tecnologías. Una cuestión difícil de ponderar temporalmente, al menos en lo referido a determinar qué o cómo se define una nueva tecnología, cuando se está produciendo en ese mismo momento en lugares distintos, usada por personas distintas, y es complicado valorar inicialmente su trayectoria futura o resultados de integración social. Visto de este modo, y tal y como afirma el autor, la Tv, a radio, un soporte en papiro egipcio, una tablilla cuneiforme o incluso un Usb, no se diferencian mucho en sus comienzos, todos tienen o tenían un futuro enorme y prometedor. Otra cuestión es cómo se han afianzado y lo que ha costado que lo hicieran.
La rapidez de implementación va normalmente acorde al tiempo en que se produce el invento. En estos tiempos en que la Galaxia informativa con la Red de redes supone la comunicación inmediata de un asunto en todos los países y lugares, evidentemente la rapidez de afianzamiento del invento es enorme. Pero también la cantidad de invenciones es mayor y la competencia igualmente, por eso no siempre una tecnología nueva tiene su futuro asegurado como dice el autor, también depende de que la integración con el resto de tecnologías sea buena y funcional.
Otro punto de vista tratado es la cuestión reaccionaria respecto a la nueva TIC. Evidentemente no en todos los países, ni todas las personas ven con buenos ojos las mismas cosas. Podemos poner como ejemplo el caso Google, una plataforma admitida como muy buena e informativamente espectacular, de resultados inmediatos, pero que en un Estado como China ha tenido sus detractores. Es una buena base para empezar a cuestionarnos si todas las Tic son realmente tan fantásticas como nos venden.
Otro ejemplo maravilloso sería el iPhone, un dispositivo capaz de integrar los más distintos programas y elementos de uso común, pero que sus detractores no tardan en argumentar como el más fantástico ejemplo de un perfecto dispositivo para pagar por usar, y que no te muestra un video en Flash. Otros sin embargo no dudamos (me incluyo) en aceptar las cuestiones citadas, e incluso que mi iPad no me deje ver un video de la Unir, a cambio de las maravillosas otras Tics que aporta.
Antiguamente las Tics se adicionaban con otros complementos como libros, videos etc. el autor Mc Luhan nos plantea también que en otros tiempos era posible una “Galaxia Gutemberg” a diferencia de la electrónica. Los libros han sido ciertamente un ejemplo espectacular de mantenimiento en el tiempo, porque incluso hoy en día, 4000 años después siguen “combatiendo” duramente contra las Tic electrónicas, y no por ello dejan de comprarse.
Las Humanidades son una rama muy especial respecto al resto de ciencias o estudios. Su peculiaridad radica en su “enquistamiento” en lo antiguo, en los medios escritos a la antigua usanza, el papiro, el papel, en las propias enseñanzas de lo “anterior”, su contraposición con lo nuevo o lo inmediato, y todo ello da como resultado una dificultad de entender una complementación de las humanidades con las Tic.
En la actual innovación tecnológica, en la que de un día a otro aparecen nuevos medios de estudio, de visualización escrita, de transmisión al fin y al cabo de la información, por distintos medios y canales, al cual más rápido, a cual mejor, es comprensible una reacción defensiva tanto de los medios como de las personas respecto a las enseñanzas de Humanidades con plataformas alejadas de la visita al museo, de la lectura de libros en Bibliotecas con un silencio irreductible, con la escritura de un comentario de texto como este a bolígrafo y regla, la asistencia a la clase reglamentaria escuchando al profesor/a después de haber podido finalmente aparcar el coche y llegar a tiempo justo. Bien distinto a ello, y por comparar con los mismos ejemplos diremos que haremos la visita al Museo Virtual de Irak aquí mismo, sentado en el salón de mi casa, donde veremos incluso a vista de pájaro la zona interesada, leeremos el tema propuesto por el profesor en una pantalla de ordenador, con la posibilidad de subrayar, resaltar, enlazar, partes del tema, y todo ello sin tener que preocuparnos por el libro y su estado o borrado de lápiz, además lo haremos escuchando música sin que nos preocupen los ladridos del perro o el volúmen de la Tv, o incluso escuchando si preferimos los sonidos del mar, cuan biblioteca paradisíaca en donde no falta material que leer, ni gente con la que hablar o chatear.
Casi mejor veremos la clase a seis mil kilómetros de distancia o incluso a cien metros, depende de dónde el destino te halla llevado, pero eso sí, no me preocuparé por donde aparcar.
Quitando ironías tecnológicas, si diremos que la abundancia informativa y la comodidad Tic como aporta Jareño, también tiene sus pegas. Los fines deben estar claros. La virtualización de las cosas o de la información debe aportarnos mayor comodidad y mayor conocimiento, pero entre ese maremagnum de contenidos, uno tiene que tener claro hacia dónde quiere ir, y lo que de verdad quiere aprender. La deshumanización que provee la Red, conlleva que las relaciones sociales deban potenciarse, no puede uno conformarse con relacionarse únicamente a través de los foros, los foros también están en la calle, en la universidad, en el trabajo y donde uno quiere encontrarlos.
La tecnología ha restado mucho tirón a las Humanidades. Las personas no ven salida de futuro en estudios que se basan en lo antiguo, cuando lo que demanda esta sociedad acelerada es una buena carrera hacia adelante, cuanto más deprisa mejor, y con unos conocimientos en Tic avanzados, lo que redundará en la teoría en unas mayores posibilidades de trabajo y relaciones sociales, y no en una aburrida retrospección al pasado, donde no hay nada que aporte nada a este mundo de avances. Evidentemente es un craso error, hasta el más lerdo comprende que hay tecnologías ahora mismo totalmente nuevas, que se basan precisamente en inventos antiguos.
La Virtualidad tiene la “virtualidad” de inmiscuirnos en un mundo irreal donde lo real se mezcla de tal forma con lo irreal que la confusión está más que asegurada. Umberto Eco habla sobre ello y el ejercicio de realidad se hace ineludible. La bidimensionalidad versus tridimensionalidad está en nuestros hogares, en el trabajo y en todos los ámbitos. Mientras no consigamos demostrar que la tridimensionalidad no es lo único posible (la ciencia según leí habla ya de diez dimensiones como el elemento más estable, argumentando los espacios Calabi-Yau), la bidimensionalidad solo es válida para lo que está creada, el resto es pura fantasía.
El elemento humanista sufre encontradas opiniones por todo lo anteriormente expuesto. No se trata pienso yo de argumentar a favor o en contra, sino de aprovechar las facilidades de información que ofrecen las Tic, así como las plataformas de estudio como esta en la que nos encontramos, y valorar y ponderar convenientemente, tanto alumnos como profesores, que el hecho de que la diferencia de que una persona como yo con 47 años, trabajando diez horas al día, pueda intentar aprender algo más, tenga nuevos retos, nuevas ilusiones, es gracias a que Vds. y las Tic han conseguido que no tenga que desplazarme varios kilómetros, buscar aparcamiento, llegar a tiempo a clase (una clase que no podría nunca dar dados los horarios), que pueda ver a mi profesor a través de una ventanita, que me corrija los trabajos sin dárselos en mano, y que con un pijama y a las doce de la noche (es maravilloso) pueda ver una clase diferida o consultar una duda. ¿Qué más queremos?
Humanidades versus Tic.
No. Están las dos en la misma web y no veo que se peguen, de hecho hay que aprobar las dos ¿verdad?