El emblema de Operaciones Especiales que formó militarmente a Máximo Castresana.
«[…] Me subí con disimulo el vaquero, abarcando al tiempo con la mano la funda interior con mi nuevo juguete (una pistola subcompacta y discreta Springfield XD3 de 9mm., con catorce cartuchos listos para causar bajas), asegurándome que la camiseta quedaba por fuera y no hacía visible la empuñadura.
En mi hombro izquierdo, el reciente tatuaje con un machete laureado enmarcado por las palabras «OPERACIONES ESPECIALES» me produjo la triple picazón secuencial advertida por el instalador. Querían ponerse en contacto conmigo.»