Anoche estaba leyendo, cuando de pronto empecé a desintegrarme…
Así podría yo comenzar a escribir una novela, pero en realidad lo que estaba leyendo era de lo más científico, y les comento…
Según se conforma la realidad sensible: lo que vemos, lo que no vemos…, es decir, nuestro Universo en suma, tiene un esquema bastante sencillo. Los átomos que ya predijo Demócrito en la antigua Grecia, se sitúan próximos unos a otros dando lugar a formas como usted o yo, o una piedra. Las fuerzas de atracción o repulsión son conocidas y no voy a descubrir nada nuevo, pero ¿Han pensado por un casual qué pasaría si todos los electrones de los átomos que nos rodean dejasen de tener carga negativa por un instante?
La repulsión eléctrica negativa de los electrones que orbitan -cual satélites a un planeta- los núcleos atómicos hechos de protones y neutrones de cada elemento, es la que hace que nuestros brazos no se «hundan» a través de la mesa donde se apoyan. La mesa contiene a su vez electrones en sus propios átomos, los cuales siguen ejerciendo esa repulsión mediante su carga eléctrica negativa con la del mismo signo de los electrones de nuestros brazos -polos iguales se repelen-.
¿Nos desintegraríamos evaporándonos como humo en el espacio? ¿Quizás nos hundiríamos en nuestra propia Tierra junto con el resto de materia?¿Una implosión sin ruido alguno?
¿Qué sencillo parece todo verdad? ¡Y qué frágil!