«Como el cambio de gafas me resultaba molesto y a veces no encontraba a mano el par que necesitaba, hice que me cortaran las lentes por la mitad y que me colocaran dos mitades diferentes en el mismo círculo. De esta forma encargué que me las construyeran y desde entonces las llevo siempre puestas y con sólo levantar o bajar la mirada, sin necesidad de cambiarme de gafas, veo lejos o cerca perfectamente.»