Un motu proprio es un documento de la Iglesia Católica emanado por el Papa por su propia iniciativa y autoridad. El primer motu proprio de la historia fue promulgado porInocencio VIII en 1484. Se suele tratar de documentos breves, que afectan a cuestiones concretas; los documentos papales de tipo jurídico y contenido más amplio (normalmente, también de mayor longitud) reciben el nombre de Constitución apostólica. Los documentos doctrinales se llaman Encíclicas.
Utilizado como expresión para indicar que se hace algo espontáneamente, sin responder a petición previa. Es frecuente que se utilice de forma incorrecta como motu propio (con una erre) o precedido de una preposición: de motu proprio o por motu proprio.
Con independencia de su sentido primordial como «documento emanado» del Romano Pontífice, es de uso muy frecuente en español (en conversaciones, charlas, términos jurídicos, conferencias, etc.). Por ello se oye, también muy frecuentemente, el «de motu proprio» (o erróneamente «propio») obviando el auténtico sentido y construcción latinos que en ningún caso deben obviarse.
La redundancia que implica el decir «de» acompañando al ablativo (de motus = movimiento, que ya lo lleva implícito) obliga a decir «propio» como indicativo de una cuestión propia, aunque realmente el «proprius» (su ablativo «proprio») lo que quiere indicar es que «pro prius motus» (por primer motivo, por primera razón, por primer impulso, por primera reacción…) se realiza la acción «motu proprio» como siendo lo primero que se te ocurre hacer.
Esta expresión latina es un caso de lo que se conoce como «ablativo absoluto» que nos lleva a traducirlo como «siendo realizado por su iniciativa», es decir, sin que nadie más intervenga en la resolución. Fuente: Wikipedia.
motu proprio.
(Loc. lat.; literalmente, ‘con movimiento propio’).
1. loc. adv. Voluntariamente; de propia, libre y espontánea voluntad.
2. m. Bula pontificia o cédula real expedida de este modo.
Fuente: RAE.
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Como el arte del buen hablar y escribir no es nada fácil, aquí tenemos una muestra de lo que siempre hemos creído correcto y no es así:
«Pues sí, lo hice de motu propio», «Me salió por motu propio».
Ni el propio es por mí, ni el motu es «motivo» de razón.
Así que ya sabemos algo más, y cuando digamos delante de alguien o escribamos motu proprio (sin «des» ni «pors» delante) estemos tranquilos… lo haremos motu proprio a toda conciencia y con toda la ironía para esperar a que nos corrijan equivocadamente, je, je.
Y este post lo escribo motu proprio porque me da la gana; ni hay razón «motuna» ni «propriamente» hay motivo.