La milenaria ciudad de Ur
Previous Este profesor prueba en su propio cuerpo sus fórmulas para frenar el envejecimiento
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En la isla indonesia de Sulawesi los muertos, en realidad, nunca mueren. Siguen presentes entre los vivos, hasta el punto de que estos pueden tardar años en enterrarlos. Después, cada cierto tiempo los sacan de sus tumbas para que vuelvan a estar con los suyos. Una asombrosa tradición que estos indonesios viven con total naturalidad.
Un ejemplo sencillo de nuestro deseo inquebrantable por permanecer en este mundo; de ser siempre; de no abandonar una existencia que, parece, sabemos que no se repetirá… a la vista de cómo funciona el universo en su conjunto: no hay creación, solo transformación de la materia.