Pero el logro de aquellos hombres no se debía solo a su valor y tenacidad, sino también a los logros científicos que se habían obtenido en los últimos años y que les permitieron poder afrontar con cierta tranquilidad proezas como la que protagonizaron hace cinco siglo Magallanes o Elcano, especialmente este último que fue quien consiguió llevar con éxito hasta el final, aunque no era su idea, la circunnavegación del mundo. Ahora bien, los terraplanistas tienen argumentos de todo tipo para demostrar lo contrario. Pues vale.
Leí hace tiempo La primera vuelta al mundo de José Luis Comellas, y tengo que decir que es una materia para disertar y elucubrar lo de aquellos hombres —o casi dioses—. Su proeza fue tal que cambió la estructura geopolítica del mundo conocido y del descubierto, pues nunca nada sería como antes…
La hazaña no tiene parangón: un puñado de supervivientes que llegan a las costas del noroeste africano enfermos, agotados tras tres años de singladuras y navegación extrema, muertes —la de Magallanes, a modo de ejemplo—, sed y hambre. Si no bastaba con eso, y con las ganas de llegar a puerto español y cantar su victoria, aún tuvieron que desviarse hacia las Azores para evitar a los portugueses… ¡Increíble!
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