Para nuestros débiles ojos, Andrómeda aparece como una tenue mancha de luz en el cielo nocturno. Con binoculares decentes, su forma elíptica se agudiza a la vista. La luz que vemos al mirar a Andrómeda proviene de los cientos de miles de millones de estrellas que componen la galaxia y sus brazos espirales. Si cada una de esas estrellas brillara más, la imagen de arriba es lo que nos gustaría en la Tierra: una hermosa espiral galáctica para que todos la vean.

La imagen de arriba fue creada por Tom Buckley-Houston, quien superpuso la galaxia de Andrómeda en una imagen del cielo nocturno con una luna para comparar.

Espectacular imagen de Andrómeda creada con los parámetros suficientes para que apreciemos su belleza, pero sería mucho, mucho más grande en realidad; según su autor no se han hecho constar los espacios más débiles de la zona exterior, solo lo que es la parte más común observada.

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